Siglo XVI a XVII
La situación de la villa en la ruta que unía Madrid con Barcelona, a través de Zaragoza, y a su vez su emplazamiento en el camino entre esa ciudad y Valencia la convierte en lugar de paso obligado de las distintas comitivas reales de los Austrias. Así, en 1585, Felipe II, cuyo confesor fray Juan Bernal era oriundo de la villa, visita la localidad en su camino hacia las Cortes de Monzón, ofreciéndose en su honor dos fuentes llenas de vino (uno blanco y otro tinto) que darían lugar a la tradición del llenado de la Fuente de la Mora durante la Fiesta de la Vendimia.En 1599, es el nuevo monarca, Felipe III, el que visita la ciudad, concediendo a la villa diversas prerrogativas judiciales por medio de la mejora de su carta-puebla que le conceden una elevada autonomía sobre Daroca. Sin embargo, la decisión de expulsar a los moriscos en 1609, se convierte en un auténtico problema para Cariñena ya que en 1.610 sufrió una baja considerable, pues de 600 vecinos quedaron en 365. En Longares quedaron 16 vecinos, en Alfamen 3 y en Paniza 86 vecinos.
Cariñena perdió unos 705 habitantes, que eran brazos útiles, ya que la mayoria de los moriscos se dedicaban a la pequeña artesanía, en contrapartida se liberó de una cantidad de gente que siempre estaba dispuesta a aliarse con cualquier enemigo.
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