San Joaquín.- Según la tradición católica y ortodoxa, fue el padre de la Virgen María y marido de Santa Ana.
De san Joaquín se sabe que era natural de Nazaret y que sus padres fueron Matat y Estha. La genealogía que presenta san Lucas en su evangelio es la de él, ya que los nombres Heli y Joaquín son equivalentes.
Los evangelios canónicos del Nuevo Testamento no dan cuenta del nombre de los padres de María. La historia de los mismos aparece en el Protoevangelio de Santiago, un texto apócrifo; allí, Joaquín es descrito como un hombre rico y piadoso que donaba bienes regularmente a los pobres del templo de Jerusalén. Como su esposa era estéril, las autoridades religiosas ordenan sacrificios a Joaquín, al considerar que la esterilidad es un signo de descontento de Dios.
Joaquín entonces decide retirarse al desierto, donde practica penitencia durante cuarenta días. Después de ese tiempo, unos ángeles se aparecen ante Joaquín y Ana -quien se encontraba en Jerusalén- y les prometen el nacimiento de un hijo. Entonces Joaquín regresa con su esposa.
La historia de Joaquín y Ana se encuentra también en la Leyenda dorada, hagiografía muy popular en la Edad Media, y ha sido muy representada en el arte cristiano, incluso cuando el Concilio de Trento limitó la representación de los evangelios apócrifos. La devoción a san Joaquín es moderna, mientras que la de santa Ana es más antigua, al menos data del siglo VI.
San Joaquín es el santo patrón de numerosos pueblos en Latinoamérica, España y las Filipinas. Su festividad, junto a la de su esposa Santa Ana, se celebra el 26 de julio, tras la reforma del calendario litúrgico.
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