domingo, 12 de abril de 2020

SAN AGUSTIN DE HIPONA

         S. Agustín nació en África, en Tagaste en el 354.
         Desde muy niño aprendía a invocar a Dios de la mano de su madre, fue inscrito en el orden de los catecúmenos de la Iglesia; a los 7 años tiene una enfermedad gravísima y por el peligro de muerte pidió el bautismo, pero como mejoró su misma madre se opuso a que fuera bautizado. En esta época Agustín se empezó a interesar por el juego, triunfos soberbios... y la curiosidad por los espectáculos". Pero sus padres le obligaron a estudiar. Sin embargo Agustín reprochará a sus padres que se preocupaban más por su carrera intelectual que por su propio crecimiento y adolescencia. Estudia gramática, filosofía... y se interesa por el latín.
          En el periodo de la adolescencia y juventud, irán despertando en Agustín las pasiones y los "males de la ociosidad", los efectos de malas compañías  propias de su edad. Gracias a la ayuda económica de un vecino suyo, su padre consigue enviarle a Cartago para continuar sus estudios, es allí donde se unirá con una mujer y tienen un hijo no deseado llamado “Deodato" (dado por Dios), al que luego amará con todo su corazón. S. Agustín se volcará totalmente en sus estudios, para llegar a convertirse en un hombre culto, elocuente. 

 La conversión. 

           Agustín va aconocer a S. Ambrosio, y gracias a la escucha de su predicación, fue conociendo la Sagrada Escritura y su interpretación espiritual, y la figura de Cristo va calando en su vida, una idea le queda fijada en su corazón: Cristo ha estado presente en el camino de su vida.  Empieza a leer a San Pablo, éste le revelará que el verdadero camino es Cristo. Siente interes por conocer a personas que desde niños siguen a Cristo, quiere ver que esto que lee es verdadero y se puede hacer realidad.                     Su conversión hace a    San Agustín retirarse dejarlo todo para encontrar y conoceer a Cristo, para rezar y llevar una vida en la que cultive la amistad con Él.

Vida Cristiana.-  

           Decide instalar una comunidad de seglares en la propiedad de su padre; comunidad dedicada a la búsqueda de la verdad, lectura de la Sagrada Escritura, oración y vida en Cristo.                                                       Poco a poco irá descubriendo la necesidad que la gente tiene de él para resolver sus dudas de fe. S. Agustín empieza a escribir y a predicar a Cristo resucitado. El pueblo se fija en Agustín y pide que sea ordenado sacerdote, no se siente preparado para esta tarea y pide un tiempo para orar y estudiar la doctrina cristiana.  Será ordenado sacerdote y se dedicará a pregonar el Evangelio de Cristo por toda África. A los pocos años será ordenado como obispo de Hipona.
           Es un de los cuatro Grandes Padres de la Iglesia.

  

 

 

 

         

                 

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